POR QUÉ SÓLO LA LECHE ES ‘LECHE’: LA NECESIDAD DE UNA INFORMACIÓN CLARA SOBRE PRODUCTOS DIFERENTES PARA LA DIETA DEL CONSUMIDOR

Por qué sólo la leche es ‘leche’: La necesidad de una información clara
sobre productos diferentes para la dieta del consumidor

 

  • El criterio de la FAO y la Unión Europea es el de que sólo los productos de origen animal pueden ser denominados ‘lácteos’ por sus propiedades únicas
  • Se busca evitar confusión en el consumidor y carencias en su dieta: los productos de origen vegetal pueden ser complementarios a los lácteos, pero no sustituirlo

Cuando vamos a comprar al supermercado, lo primero en lo que nos fijamos para elegir un alimento o producto es el etiquetado. Y, concretamente, en el nombre del producto en el estampado. Esta es una forma evidente de seleccionar y comprar, ya que el nombre de un producto ya nos indica muchas cosas.

Si buscamos café o tomate frito, simplemente con leer dicho nombre en el etiquetado, probablemente nuestro proceso de decisión acabe ahí. No es necesario leer nada más en la etiqueta, pues el mismo nombre del producto nos guía hacia lo que buscamos. Nos ayuda a tomar la decisión adecuada para organizar nuestra dieta y saber qué alimentos con sus respectivas propiedades estamos incluyendo.

Este proceso también lo seguimos cuando decidimos comprar leche o cualquier otro derivado lácteo como el yogur, la mantequilla o el queso. Cuando compramos estos productos, sabemos de forma casi inconsciente que estamos añadiendo en nuestra cesta de la compra una fuente de elementos muy necesarios para nuestro organismo.

Esa selección de compra, guiada por el mero término ‘leche’ o ‘lácteo’, lleva toda una elección dietética detrás en forma de aporte de proteínas de alto valor biológico, ácidos grasos esenciales, vitaminas (como la imprescindible vitamina D en una situación de confinamiento) y, por supuesto, minerales como el calcio. De hecho, los lácteos son la principal fuente de ingesta de calcio en la alimentación europea (en el caso de los españoles, más del 60% del calcio de su dieta procede de los lácteos).

Por esta razón, y para evitar la confusión en los consumidores, el criterio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) es el de que los términos “lácteos” (leche, queso, yogur) deben aplicarse a productos de origen animal. Recientemente, el Parlamento Europeo ha mantenido el criterio claro de la legislación europea, siguiendo la línea de la FAO diferenciando entre leche y bebida vegetal, es decir, entre lácteos o productos de origen vegetal.

Estos criterios de etiquetado de los expertos nutricionales y legisladores no implican que los lácteos sean mejores o peores que los productos vegetales, pero sí resaltan que no son sustituibles y no se debe confundir al consumidor. El objetivo es que pueda planificar una dieta completa y saludable de forma consciente y sin errores. Ambos productos son complementarios y se pueden consumir a la vez, pero no deben intercambiarse, ya que evidentemente no cubren las mismas necesidades del organismo por su origen y proceso de producción.

La leche tiene un origen natural animal, ya sea de la vaca, oveja o cabra a partir del ordeño y pasa por un proceso de pasteurización con el objetivo de eliminar los patógenos, lo que la hace natural. El propio origen de la leche y sus derivados hace que sea muy rica en proteínas, calcio, fósforo, zinc, yodo, vitaminas B12, riboflavina, Vitamina A y D.

Por el contrario, las bebidas vegetales provienen de cereales, legumbres o frutos secos a los que se añade agua y azúcares junto a otros elementos que no están presentes de forma natural, pero no disponen de la misma batería de nutrientes y vitaminas que los lácteos. No aportan DHA ni AA y son insuficientes en vitamina D y calcio, a excepción de las suplementadas. Tampoco tiene ni una ínfima parte de los porcentajes de yodo que los lácteos, elemento que ayuda en la producción de hormonas tiroideas y es esencial durante el embarazo.

Cuando se compra algo tan esencial como un alimento, es imprescindible tener la información correcta para una adecuada planificación de su dieta. Cualquier consumidor debe tener una clara visión para poder elegir, recordando que dos alimentos distintos pueden complementarse, pero no sustituirse. Independientemente de que se consuman productos de origen vegetal, los expertos recomiendan el consumo de 3 lácteos al día, por su aporte de propiedades únicas y necesarias que sólo la leche y sus derivados garantizan.

Fuente: FeNIL