¿Por qué todas las mujeres deberían tomar un yogur diario?

Nutrición

¿Por qué todas las mujeres deberían tomar un yogur diario?

 

  • Su efecto prebiótico se relaciona con un crecimiento de bacterias beneficiosas para la salud de las mujeres
  • Su consumo se vincula con un menor riesgo de padecer obesidad, enfermedades relacionadas con la diabetes de tipo 2 y cáncer de mama

 

Fuentes: El español  

Cuando un yogur saludable -esto es, el que no contiene más que leche, fermentos lácticos, leche en polvo, o nata- forma parte de nuestra dieta, los beneficios están probados gracias a su capacidad probiótica, que estimula el crecimiento de las comunidades de microorganismos beneficiosos en nuestro tracto gastrointestinal. Hablamos de la denominada microbiota, cuyo equilibrio se relaciona con un vasto espectro de enfermedades que abarcan desde los trastornos metabólicos a la depresión.

 

¿En qué se traduce?

  • Menor incidencia de enfermedades crónicas durante la vejez, así como una reducción del riesgo de sufrir síndrome metabólico, problemas cardiovasculares y cáncer colorrectal y de vejiga, al prevenir específicamente la formación de adenomas, los tumores del intestino.

 

  • Reducción de la inflamación, un factor que incide tanto en el riesgo cardiovascular como en determinados cánceres. Según un artículo publicado en la revista Medical Hypotheses, la inflamación inducida por las bacterias está vinculada a un mayor riesgo de cáncer de mama, un mal en el que se estima que uno de cada tres casos podrían prevenirse mediante hábitos de vida saludables.

 

  • El yogur, por otra parte, contiene una serie de bacterias beneficiosas presente también en las mujeres que han sido madres y han dado el pecho. “Hay un remedio preventivo potencial, barato y sencillo, y es que las mujeres tomen yogur natural diariamente«, argumenta la Dra. Rachel Rigby, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Lancaster (Reino Unido). La experta precisa en el funcionamiento de este mecanismo: «Las bacterias fermentadoras de lactosa se encuentran habitualmente en la leche. Tienden a ocupar los conductos de las mamas de la mujer durante la lactancia, y también durante un periodo desconocido una vez ha concluido». Es en ese momento en el que se refuerza su efecto protector.