Los perjudiciales efectos de consumir leche cruda

Salud y Bienestar

Los inevitables efectos de consumir leche cruda

  • Meningitis, fallos hepáticos o dolencias crónicas son algunas de las consecuencias que provoca su consumo para las personas más vulnerables
  • La ingesta del alimento sin pasteurizar es una tendencia que encuentra más detractores que seguidores

Fuente: La Opinión de Zamora

 

 

Tomar leche directamente de la vaca se ha convertido en una moda. Su éxito se debe, según apuntan sus admiradores, a un sabor -en teoría- más auténtico y natural dada la falta de tratamiento y pasteurización. Según explica la Licenciada en Alimentos, Ana María Vivar “sus defensores sostienen que los tratamientos térmicos suponen una pérdida de bacterias beneficiosas, un peor sabor en la leche, así como una disminución del valor nutricional de la misma. Algunos van más allá relacionando la leche tratada térmicamente con el desarrollo de alergias, diabetes e incluso osteoporosis”. La experta hace especial hincapié en que la mayoría de estas afirmaciones no tienen “base científica ninguna y varios estudios han demostrado que son mitos”.

A pesar de estas alabanzas, los expertos recalcan que solo la pasteurización asegura la eliminación por completo de patógenos y bacterias en la leche: “Consumir leche cruda aumenta el riesgo de sufrir una intoxicación debido a la presencia potencial de microorganismos patógenos en la misma”, apostilla Vivar.

De hecho, muchas de las intoxicaciones que se han producido desde que la leche cruda se puso de moda se debe, según sostiene la experta, a que no se ha utilizado un tratamiento térmico específico para destruir dichas bacterias perjudiciales.

 

¿Qué síntomas provoca una intoxicación?

Si la leche porta algún microorganismo patógeno, el cuadro clínico varía en función del agente infeccioso del que se trate. Vivar expresa que la sintomatología es variada y puede pasar por dolencias más frecuentes como “un cuadro de diarrea, vómito, dolor de cabeza y náuseas. Es decir, la mayoría de las veces sería un cuadro de gastroenteritis de 24 o 48 horas”. La experta manifiesta que “en personas más vulnerables podrían darse cuadros de meningitis, fallos hepáticos e incluso dolencias crónicas”.

Aunque los controles veterinarios sean exhaustivos, rigurosos, y la leche esté libre de agentes dañinos, “sería inviable poder analizar, en cada muestra de leche que se recoge, los múltiples patógenos: bacterias, virus y parásitos que podrían originar enfermedades en humanos”, mantiene Vivar. Además, aunque sea cierto que la pasteurización -o cualquier tratamiento térmica- provoca una pérdida de nutrientes; no suponen, según la experta, un “descenso significativo en el valor nutricional de la leche, tal y como indican la mayor parte de los estudios científicos publicados”.